SANTO DOMINGO. Se acabó el prurito, los prejuicios y el 'yonobailoeso' con la bachata. Aventura arrasó la noche del sábado con el Olímpico. Tan es así que debiera decretarse oficialmente como ritmo nacional. Aventura la ha convertido en una música fascinante, sensual y llena de frescura. Eso, gracias a antecedentes como Juan Luis Guerra y Víctor Víctor, hay que reconocerlo.
El final del tour "The Last" es la culminación de un proceso de aceptación del ritmo a nivel nacional que fue más lento que en otras tierras. Solamente a su altura, en cuanto a público, han estado el último Festival Presidente, y los conciertos de Daddy Yankee y Juan Luis Guerra.
Aventura logró unir todo el espectro social de la República Dominicana en un haz anaranjado y rojo (Orange y Brahma), cantándose en un coro de más de 40 mil almas, uno tras otro, himnos nacionales en tiempo de bachata, que hablaban de amores, desamores, y hasta de violencia doméstica y otros temas sociales.
Mientras en el terreno había desmayos y agua a chorros, en VIP había besos de piquito (Carlos T. Martínez y esposa, entre muchos otros), y reconciliaciones y declaraciones de amor y buenas atenciones por Lendoff & Asociados.
En Noche de sexo, casi al final, salieron de sorpresa al escenario, Wisín y Yandel. Ahí la temperatura subió todos los grados posibles, así como en la aparición de Akon, en All up 2 you, previa al tema final: Dile al amor.
Por un segundo fue el tema que abrió el desfile de 22 canciones, que incluyó dos midley; así como El desprecio, Peligro, Su veneno, El perdedor, Tu Jueguito, Yo quisiera amarla, Mi corazoncito, Soy mujeriego, La tormenta, Princesita, La boda, Obsesión, Un beso y El malo, entre otras que fueron coreadas, con inusitada disciplina coral y aliento de corredor de fondo.
El escenario, entre ciudad gótica y babel de hierro, no resultó frío porque según Anthony Romeo: "Si República Dominicana no es el mejor país del mundo, es uno de los mejores".
Así, desde la noche del sábado, la apoteosis se llama Aventura.
INFO: DIARIO LIBRE
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