miércoles, 25 de noviembre de 2009

LAS HERMANAS MIRABAL... UN POCO DE HISTORIA

Al mediodía del 25 de noviembre del 1961, el pueblo dominicano sufrió una conmoción inesperada. Una noticia radial desgarradora anunció la muerte "accidental" de las heroínas nacionales Patria, Minerva y María Teresa Mirabal. Pocos creyeron la versión del accidente. Se sabía que era un crimen monstruoso concebido y ordenado por Trujillo. Durante la tarde y noche de aquel luctuoso día las calles permanecieron desiertas. En la intimidad de los hogares las familias lloraban y maldecían calladamente aquel asesinato horrendo. Pienso que a partir de este martirio el pueblo quedó convencido de la perversidad del déspota y de la imperiosa necesidad de ponerle fin a su régimen.

Contemplé por primera vez a las hermanas Mirabal la noche del 20 de enero del 1960, en medio de las inenarrables torturas, flagelaciones y muertes de la cárcel "La 40". Los arrestados miembros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio permanecíamos en el patio de esta mazmorra. De pronto se produjo una rara movilización de los torturadores y criminales que nos custodiaban. Observamos entonces que varias damas eran ingresadas a la cámara de interrogatorios donde estaba instalada una silla eléctrica. Eran Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y Tomasina (Sina) Cabral.

Militares de alto rango, especialmente de la Fuerza Aérea comandada por Ramfis Trujillo, encabezados por Johny Abbes García y Cándido Torres, comenzaron a insultarlas y vejarlas quitándole sus vestidos para dejarlas en ropa interior. De inmediato nos pusimos de espaldas a donde estaban ellas, en silenciosa protesta por aquel ultraje. Tronaron voces amenazándonos con un ametrallamiento. Sin embargo, hasta que no terminó su interrogatorio nadie, absolutamente nadie, cambió de postura para ponerse de frente a la cámara de torturas. Fue un testimonio de valor, respeto y solidaridad hacia aquellas ejemplares patriotas.

Posteriormente desde nuestras celdas veíamos a lo lejos a las hermanas Mirabal en el patio de la prisión "La Victoria". Lucían altivas, rebeldes, serenas, aunque sabíamos que sus pensamientos bullían al calor de los más altos ideales y ansias de libertad y democracia para el pueblo dominicano. Estando en esta cárcel, una tarde a mediados del mes de febrero, agentes del funesto Servicio de Inteligencia Militar (SIM) me fueron a buscar para trasladarme hasta el centro de torturas "La 40", a fin de interrogarme nuevamente. Me condujeron hasta la oficina del Coronel Frías, comandante de "La Victoria", para llenar los trámites de mi salida del recinto carcelario. Allí tenían a María Teresa Mirabal. Estaba sentada en una silla frente al Coronel Frías, custodiada por un soldado. Al darse cuenta de que me estaban conduciendo otra vez hacía "La 40", me miró y preguntó mi edad. Al contestarle 20 años, exclamó airadamente ¡demasiado joven! Obviamente pensó que como a muchos otros compañeros que llevaron desde "La Victoria" a "La 40" para asesinarlos, a mí también me estaban llevando para asesinarme.

Las hermanas Mirabal representan en nuestro país el heroísmo y el martirio que comenzó con María Trinidad Sánchez, continuó con Juana Saltitopa, Canela Mota y otras insignes patriotas que encarnan en nuestra historia los sacrificios de la mujer dominicana en la lucha por la libertad y la democracia. Su ejemplo debe permanecer en la conciencia colectiva del pueblo, como guía de las acciones y esfuerzos orientados a corregir los males político-sociales del presente. Especialmente en lo atinente a que nuestra juventud aprenda que la pureza de los ideales puestos al servicio de la patria, es lo que conduce a la grandeza personal.

Recordemos con reverente admiración, hoy y siempre, a Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, heroínas y mártires de vidas y patriotismo inmaculados.
INFO: DIARIO LIBRE

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