Por Andrés Díaz
Santo Domingo, RD.- A propósito del Festival del Merengue 2010 que comienza este viernes 30 y hasta el domingo en la Plaza Juan Barón hemos querido traerles un reportaje sobre el origen del contagiante ritmo orgullo de los dominicanos.
El merengue es un estilo musical y de baile originado en el Caribe, específicamente en la Republica Dominicana a fines del siglo XIX.
En sus orígenes, el merengue era interpretado con guitarras. Años más tarde, las guitarras fueron sustituidas por el acordeón conformándose, junto con la guira y la tambora, la estructura instrumental del conjunto de merengue típico.
Este conjunto, con sus tres instrumentos, representa la síntesis de las tres culturas que conforman la idiosincrasia de la cultura dominicana.
La influencia europea viene a estar representada por el Acordeón, la africana por la Tambora (tambor de dos parches), y la taína o aborigen por la Guira.
Aunque algunas zonas de la Republica Dominicana, en especial en el Cibao y en la Línea Noroeste, hay todavía conjuntos típicos con características similares aquellos pioneros, este ritmo fue evolucionando durante todo el siglo veinte.
Primero, con la introducción de nuevos instrumentos como el Saxofón y más tarde con la aparición de orquestas con complejas secciones instrumentales de vientos. Este ritmo ha tenido actores notables como Luis Alberti, Johnny Ventura, Félix del Rosario, Wilfredo Vargas, y Juan Luis Guerra entre otros
El origen de la palabra merengue se remonta a la época de la colonia y proviene del vocablo muserengue o tamtan mouringue, nombre que se daba a los bailes entre algunas de las culturas africanas que, traídas desde las costas de Guinea, llegaron a la costa atlántica colombiana y venezolana.
La hispaniola, isla que comprende a los actuales países de Haití y la Republica Dominicana ha producido grandes sonidos a través de los siglos. Dentro del ambiente de la música afrocaribeña, el género dominicano del merengue ha jugado un papel muy importante.
Como la contradanza y el danzón cubano; el merengue emergió en la zona de Santiago de los Caballeros, en la región conocida como Cibao, como descendiente de una mezcla entre ritmos del Africa negra y de la “contradanse” europea durante la mitad del siglo XIX y siguió absorbiendo más elementos africanos y criollos.
Como baile, el merengue es mucho más sencillo y menos asincopado que sus primos cubanos, consistiendo en una danza de dos pasos. Su historia esta repleta de esfuerzos y penas sociales y políticas, un tema mejor reservado para mayor investigación, pero su desarrollo como género popular es crucial en la evolución de la música afrocaribeña.
El merengue tiene elementos de la contradanza, la mazurca y el vals europeo, cuya influencia se extendió por Haití, Venezuela, y las Antillas, donde se acompañaba con instrumentos típicos como el tiple, la borbona, el cuatro, el seis y el doce, más tarde, con la tambora, el guiro, la bandurria y el acordeón. Según algunos, nació como una melodía criolla tras la batalla de Talanquera donde triunfaron los dominicanos.
El merengue procede de una de las partes de una melodía llamada UPA Habanera con origen en Africa Occidental, que pasó a Puerto Rico y Venezuela, de donde llegó a Santo Domingo a mediados del siglo XIX, entre 1838 y 1849.
Este baile tenía un movimiento llamado merengue que le dio el nombre al baile actual. En 1844 el merengue aún no era popular, pero en 1850 ya se puso de moda y fue bien acogido entre los dominicanos.
En la década de 1850 se desencadenó una campaña en contra del merengue, que ya se había ido difundiendo entre las masas populares pero que era rechazado por la clase alta por su vinculación con la música africana y por sus letras picarescas y vulgares.
El merengue era una danza festiva, para divertirse, por lo que se extendió rápidamente entre las fiestas del pueblo, por lo que el rechazo inicial fue vencido. En 1875 Ulises Espaillat inició otra campaña contra este baile que fracasó estrepitosamente, pues éste ya había cautivado a toda la región del Cibao, considerada hoy cuna del merengue.
A principios del siglo XX, músicos cultos y muy populares como Juan Espínola y Julio Alberto Hernández apoyaron la difusión del merengue en los salones de baile.
Su éxito no fue inmediato ya que a pesar de que establecieron la forma musical del merengue, no pudieron conseguir que el merengue penetrara en la alta sociedad y se considerara como una creación del pueblo dominicano.
Pero a partir del 1930, el merengue logró difundirse en zonas donde antes era desconocido, en parte gracias al reciente uso de la radio y al gusto del dictador Rafael Leonidas Trujillo por esa forma de baile.
A pesar de esto, la alta sociedad dominicana siguió sin aceptarlo hasta que una familia de buena posición solicitó al músico Luis Alberti que compusiera un merengue de letra decente para amenizar una de sus fiestas. A partir de entonces, se diseminó muy rápidamente por todo el país.
LA NACION DOMINICANA