Santo Domingo.- Balbuena le dio a Luisito Martí la visa definitiva para consagrarse en el humor, una faceta que junto a la música, el cine y la televisión lo convirtieron en uno de los artistas dominicanos más importantes del siglo XX.
Él parió ese personaje de su inagotable fuente artística, como lo hizo con Casimiro Valdez, Belarminio, Cabrera Moquete, El Chino Bichán, Leo, Don Efraín, El Cubano, Lamparita, Filomeno, Leyito y otros que se marcharon para siempre aquel triste domingo de enero cuando su creador subía a la cima de sus 64 años de vida.
Hoy el pueblo dominicano llora su muerte y muchos lo despedirán en el cementerio Cristo Redentor.
Ayer nos hizo reír... Hoy nos hace llorar
A millones de dominicanos hizo morir de la risa desde que hace 45 años (de los 64 que vivió), cuando decidió encaminarse por el mundo de la música, el humor, la televisión, el cine... Y aún enfermo, Luisito Martí se mantuvo en actitud de continuar creando. “No me he parado de producir, sigo escribiendo, tengo listos trabajos para el cine, la televisión y el teatro, los que pondré en marcha tan pronto salga de este proceso”, afirmaba Luisito hace justamente un año (diciembre del 2008) cuando ofreció a LISTÍN DIARIO su última entrevista en el país.
Luisito Martí tuvo una infancia y juventud plena en Villa Duarte. Según recordaba, su niñez la pasó corriendo por los patios, “soñando con lograr cosas, reuniendo centavitos para ir el domingo al cine o ir a un parque.
Eran tiempos que uno lo cuenta y mucha gente no lo cree: en los colmados el panadero pasaba en la madrugada y dejaba amarrado un saco lleno de pan hasta que el colmado abría y metía el pan donde tenía que estar para vendérselo a los clientes, así mismo pasaba con la leche”.
Antes de enrumbarse en el mundo artístico, fue mensajero y mecanógrafo en la Secretaría de Salud y Previsión Social. Había necesidad de ayudar en lo económico a su madre, Concepción Hernández, doña Sensa. Su padre, Juan Marte, se había marchado a Estados Unidos en busca de mejor vida. (Por error mecanográfico del oficial civil, en vez de Marte le puso Martí al niño que nació el martes 1 de febrero del 1945).
“Mi madre hacía todo lo que hacen las mujeres pobres para sobrevivir: tenía un ventorrillo, jugaba sanes, lavaba... siempre había una venta de algo en mi casa, café de pilón, lo que fuera para que yo fuera a la escuela.
No llegó a la universidad, “lo que añoré”, pero la vida lo puso en el camino de la música y la televisión.
Con ayuda de Cuso Cuevas ingresó a la banda de música de la escuela de Villa Duarte (tocaba la corneta) y luego al grupo experimental Orfeo Negro.
Más adelante, en 1964, entró al Combo Show de Johnny Ventura, con el que tocó la percusión, compuso y cantó los recordados “La muerte de Martín”, “¿Qué pasa Papo?”, “Te digo ahorita”, “Mamá es la que sabe”, en los que ya se perfilaba su lado humorístico.
Fue tal la aceptación de “La muerte de Martín”, que Ventura recibió su primer Disco de Oro por las ventas del álbum.
Entre 1976 y 1983 dirigió su propia orquesta, El Sonido Original, destacándose por los éxitos “El mudo”, “Ñato”, “A mi hijo no me le den”, “Te dijeron que bebieras así”, “Gato entre macuto” y “Depende de la bolita”, entre otros.
Televisión Fuera de la música, la televisión y el cine sirvieron de plataforma esencial para su polifacética carrera. Fue en los años 80 cuando inició la etapa televisiva, que ya había experimentado como productor del Show de Johnny Ventura y que siguió en “Fiesta” (en el que tenía los “Jueves de la alegría”).
En “El show del mediodía”, al que entró en 1983, encumbró sus personajes: Balbuena (su buque insignia), Casimiro Valdez, Belarminio, y otros que lo redimensionaron como estrella artística dominicana.
También registró momentos estelares en “El show de Luisito y Anthony”, “De remate” y “Las mil caras del engaño”.
Su labor como libretista de comedias es una de las más fructíferas en el humor dominicano.
Personaje Balbuena le dio la visa definitiva para su consagración en el humor. El personaje de la televisión saltó a la pantalla grande estelarizando en dos secuelas la película “Nueba yol”, dirigidas por Ángel Muñiz.
Era la primera vez que una película generaba filas para entrar a las salas de cine. Luego el propio Luisito produjo otro filme llamado “Los locos también piensan”, que no logró el impacto esperado. Ganó varios premios Casandra, inc luyendo un Soberano.
ACERTADO ERROR: Concepción Hernández y Juan Marte de Guerra quisieron declarar a su hijo como Luis Bernardo Marte Hernández, pero el oficial del Estado Civil escribió Martí, y el error pasó a convertirse en un acertado nombre, sonoro para los dominicanos que por varias generaciones lo gozaron.
Luisito creció con la conga como música de fondo. En la escuela Socorro Sánchez, de Villa Duarte, tenía serios problemas cuando sonaba la banda de música. Es que era su gran pasión de vida desde su niñez.
Con Milagros procreó cuatro varones: Luisín, 41 años; Franklin (Kaki), 40; Omar, 38, y Robert Luis, 34.
Además, fueron abuelos de 9 muchachos.
INFO: LISTIN DIARIO
Él parió ese personaje de su inagotable fuente artística, como lo hizo con Casimiro Valdez, Belarminio, Cabrera Moquete, El Chino Bichán, Leo, Don Efraín, El Cubano, Lamparita, Filomeno, Leyito y otros que se marcharon para siempre aquel triste domingo de enero cuando su creador subía a la cima de sus 64 años de vida.
Hoy el pueblo dominicano llora su muerte y muchos lo despedirán en el cementerio Cristo Redentor.
Ayer nos hizo reír... Hoy nos hace llorar
A millones de dominicanos hizo morir de la risa desde que hace 45 años (de los 64 que vivió), cuando decidió encaminarse por el mundo de la música, el humor, la televisión, el cine... Y aún enfermo, Luisito Martí se mantuvo en actitud de continuar creando. “No me he parado de producir, sigo escribiendo, tengo listos trabajos para el cine, la televisión y el teatro, los que pondré en marcha tan pronto salga de este proceso”, afirmaba Luisito hace justamente un año (diciembre del 2008) cuando ofreció a LISTÍN DIARIO su última entrevista en el país.
Luisito Martí tuvo una infancia y juventud plena en Villa Duarte. Según recordaba, su niñez la pasó corriendo por los patios, “soñando con lograr cosas, reuniendo centavitos para ir el domingo al cine o ir a un parque.
Eran tiempos que uno lo cuenta y mucha gente no lo cree: en los colmados el panadero pasaba en la madrugada y dejaba amarrado un saco lleno de pan hasta que el colmado abría y metía el pan donde tenía que estar para vendérselo a los clientes, así mismo pasaba con la leche”.
Antes de enrumbarse en el mundo artístico, fue mensajero y mecanógrafo en la Secretaría de Salud y Previsión Social. Había necesidad de ayudar en lo económico a su madre, Concepción Hernández, doña Sensa. Su padre, Juan Marte, se había marchado a Estados Unidos en busca de mejor vida. (Por error mecanográfico del oficial civil, en vez de Marte le puso Martí al niño que nació el martes 1 de febrero del 1945).
“Mi madre hacía todo lo que hacen las mujeres pobres para sobrevivir: tenía un ventorrillo, jugaba sanes, lavaba... siempre había una venta de algo en mi casa, café de pilón, lo que fuera para que yo fuera a la escuela.
No llegó a la universidad, “lo que añoré”, pero la vida lo puso en el camino de la música y la televisión.
Con ayuda de Cuso Cuevas ingresó a la banda de música de la escuela de Villa Duarte (tocaba la corneta) y luego al grupo experimental Orfeo Negro.
Más adelante, en 1964, entró al Combo Show de Johnny Ventura, con el que tocó la percusión, compuso y cantó los recordados “La muerte de Martín”, “¿Qué pasa Papo?”, “Te digo ahorita”, “Mamá es la que sabe”, en los que ya se perfilaba su lado humorístico.
Fue tal la aceptación de “La muerte de Martín”, que Ventura recibió su primer Disco de Oro por las ventas del álbum.
Entre 1976 y 1983 dirigió su propia orquesta, El Sonido Original, destacándose por los éxitos “El mudo”, “Ñato”, “A mi hijo no me le den”, “Te dijeron que bebieras así”, “Gato entre macuto” y “Depende de la bolita”, entre otros.
Televisión Fuera de la música, la televisión y el cine sirvieron de plataforma esencial para su polifacética carrera. Fue en los años 80 cuando inició la etapa televisiva, que ya había experimentado como productor del Show de Johnny Ventura y que siguió en “Fiesta” (en el que tenía los “Jueves de la alegría”).
En “El show del mediodía”, al que entró en 1983, encumbró sus personajes: Balbuena (su buque insignia), Casimiro Valdez, Belarminio, y otros que lo redimensionaron como estrella artística dominicana.
También registró momentos estelares en “El show de Luisito y Anthony”, “De remate” y “Las mil caras del engaño”.
Su labor como libretista de comedias es una de las más fructíferas en el humor dominicano.
Personaje Balbuena le dio la visa definitiva para su consagración en el humor. El personaje de la televisión saltó a la pantalla grande estelarizando en dos secuelas la película “Nueba yol”, dirigidas por Ángel Muñiz.
Era la primera vez que una película generaba filas para entrar a las salas de cine. Luego el propio Luisito produjo otro filme llamado “Los locos también piensan”, que no logró el impacto esperado. Ganó varios premios Casandra, inc luyendo un Soberano.
ACERTADO ERROR: Concepción Hernández y Juan Marte de Guerra quisieron declarar a su hijo como Luis Bernardo Marte Hernández, pero el oficial del Estado Civil escribió Martí, y el error pasó a convertirse en un acertado nombre, sonoro para los dominicanos que por varias generaciones lo gozaron.
Luisito creció con la conga como música de fondo. En la escuela Socorro Sánchez, de Villa Duarte, tenía serios problemas cuando sonaba la banda de música. Es que era su gran pasión de vida desde su niñez.
Con Milagros procreó cuatro varones: Luisín, 41 años; Franklin (Kaki), 40; Omar, 38, y Robert Luis, 34.
Además, fueron abuelos de 9 muchachos.
INFO: LISTIN DIARIO
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